La Alimentación y el Bienestar
Helio Olivares, Ph.D., N.D.
© 2010, 2017
La íntima relación existente entre la alimentación y el bienestar está siendo redescubierta en los años recientes.
La epidemia de enfermedades metabólicas, tales como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas tienen a la dieta como su principal factor de riesgo o como su agente preventivo, dependiendo de como sea la alimentación individual.
Desde la perspectiva naturista, la mayoría de las enfermedades tienen su origen en la alimentación desequilibrada. Por ello, la tradición naturista mantiene vivo el dicho de Hipócrates “que tu alimento sea tu medicina y tu medicina, tu alimento”.
¿Qué Alimento es el Mejor?
Aunque para algunas personas interesadas en su salud la mejor forma de alimentarse es absteniéndose de carne o alimentos de origen animal, la investigación ha demostrado que cada uno tiene una predisposición genética que nos hace más afectos a unos alimentos que a otros. De manera que el mejor alimento (el que hace bien) a una persona no necesariamente será el mejor para otra, aunque sean familiares consanguíneos. Todo depende de cada uno.
A modo de ejemplo, para bajar el colesterol suele recomendarse una alimentación baja en grasas y alta en carbohidratos. Sin embargo, las investigaciones desarrolladas por el Dr. Ronald Krauss, director de investigación de Aterosclerosis en el Hospital de Niños de Oakland en California, EEUU, sugieren que algunas personas sanas pueden aumentar su riesgo de enfermedad cardíaca con ese tipo de dieta. El Dr. Krauss ha encontrado que las personas que tienen en su sangre grandes partículas de colesterol LDL (’malo’), que resulta relativamente seguro, pueden desarrollar una abundancia de partículas pequeñas de LDL, hecho que resulta peligroso, al cabo de pocas semanas con una dieta restringida.
Lo anterior sirve para acentuar el hecho que cada individuo es un universo en si mismo, razón por la cual no es seguro ni saludable basar la dieta individual en generalizaciones basadas en la moda, la publicidad o en filosofías que no respetan las características y necesidades particulares de cada uno.
Efectos de la Alimentación
Aunque suele decirse que somos lo que comemos, en realidad nuestro organismo se forma con lo que asimilamos o absorbemos del alimento que comemos.
Mientras mejor sea la calidad de los alimentos que comamos, mejor será la calidad de nutrientes que absorberemos y mejor será la calidad de cuerpo que construiremos.
Con todo, los efectos de la alimentación no tienen que ver sólo con nuestro cuerpo y cómo nos vemos o cuánto pesamos, sino también con cómo nos comportamos.
Algunas razones por las cuales la alimentación afecta nuestro estado de ánimo y comportamiento son estas:
* las fluctuaciones de azúcar, que depende de lo que comemos, están relacionadas con los cambios de ánimo,
* lo que comemos afecta a nuestros neurotransmisores, que, a su vez, afectan la forma en que pensamos, sentimos y nos comportamos,
* algunas personas son sensibles a los colorantes y conservantes de los alimentos, hecho que afecta su vigor, ánimo y comportamiento,
* la deficiencia de algunas vitaminas, minerales o ácidos grasos afecta la salud mental. Hay evidencia del vínculo existente entre bajos niveles de vitaminas del Grupo B y síntomas de esquizofrenia, bajos niveles de zinc y trastornos alimentarios, y bajos niveles de omega 3 y depresión.
Experiencias desarrolladas en secundarias norteamericanas en Appleton, Wisconsin, en las que se eliminó la comida chatarra reemplazándola por alimentos saludables y donde las gaseosas fueron reemplazadas por botellas con agua pura, han demostrado que al modificar la dieta de los adolescentes éstos mejoraron sus calificaciones, modificaron sus hábitos y suavizaron su comportamiento irascible y agresivo, hecho que permitió a los docentes ocuparse en la enseñanza y no en la disciplina.
Cómo Mejorar la Alimentación
El primer paso para mejorar nuestra alimentación es saber qué es lo que estamos comiendo y bebiendo. Una buena forma de tomar conciencia de esto es llevar un registro de nuestras comidas y bebidas por al menos una semana. Mientras más detallado sea nuestro registro, tanto mejor.
Lo esperable es que si lo hacemos nos sorprendamos de la cantidad que comemos. Pero, por otro lado, si somos observadores, podremos notar que algunos alimentos o combinaciones de alimentos las ingerimos en mayor frecuencia que otras.
Si tomamos conciencia de qué comemos, podemos modificar nuestra dieta aumentando el consumo de alimentos que comemos poco, reduciendo el número de alimentos chatarra e incorporando progresivamente alimentos más saludables.
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